La
semana del 25 de noviembre (día de especial visibilidad de la lucha contra la violencia hacia las mujeres) nos pilla en plena inmersión en el Romanticismo. Tras leer y comentar algunos fragmentos de Don Juan Tenorio en clase (un arquetipo, el del Don Juan, ya conocido por la mayoría del alumnado de 4º ESO gracias al trabajo realizado en 2º ESO en torno a tres libretos de ópera), hemos propuesto a nuestros estudiantes que rastreen la persistencia de estos tópicos en su propio entorno
personal, en la publicidad, en la ficción audiovisual, en la novela
juvenil contemporánea. Como punto de arranque les hemos ofrecido un pequeño abanico de textos diversos y algunos interrogantes.
"Resulta
que
cuando a 'Don Juan' se le eliminan de un plumazo los chascarrillos
micro (y macro) machistas,
lo que queda es un tipejo despreciable; un asesino en serie, un
violador irredento, un desgraciado que piensa seguir matando hasta el
momento mismo de su muerte. Un tipo sin madre ni entrañas que
ha pasado por la historia de nuestra literatura universal con cierta
pátina de héroe de un romanticismo mal entendido.
Hasta que llegó Blanca Portillo.
La
actriz madrileña dirige en el Teatro Pavón (hasta el 15 de
febrero), en coproducción con la Compañía Nacional de Teatro
Clásico y el Teatro Calderón de Valladolid, una versión de 'Don
Juan', firmada por Juan Mayorga, en la que le ajusta las cuentas al
burlador de Sevilla. Y es que 'burlar' (en dos de las siete
acepciones del Diccionario de la Real Academia Española: "inducir
a tener por cierto lo que no es" y "seducir con engaño a
una mujer") es precisamente la especialidad del personaje de
José Zorrilla (1817-1893).
"En
nuestro idioma existe una palabra para 'seducir con engaño a una
mujer'", reflexiona sorprendida Blanca Portillo, que se metió
en este proyecto de la mano del protagonista, José Luis
García-Pérez, "porque compartíamos la idea de Don Juan".
Y esa idea flota como aceite sobre agua en la conciencia general que
acepta que "ser un don Juan parece algo divertido". "Yo
no lo he entendido nunca y no
lo quiero como modelo a imitar, porque es un destructor social;
un ser carente totalmente de empatía". (El
Mundo,
9 de enero de 2015).
Hace
unas semanas, saltaba un vídeo del candidato republicano a la Casa
Blanca, Donald Trump, que a punto estuvo -pero no- de costarle su carrera.