martes, 13 de septiembre de 2016

Currículo de Lengua Castellana y Literatura 4º ESO (y III)

Cerramos esta serie de tres posts dedicados a la lectura del currículo con el último de los bloques, el referido a la Educación literaria. Sus contenidos se distribuyen en tres apartados: Plan lector, Aproximación a la literatura a través de sus textos y Creación.

a) El correspondiente al Plan lector reza así: "Lectura libre de obras de la literatura española y universal y de la literatura juvenil como fuente de placer, de enriquecimiento personal y de conocimiento del mundo para lograr el desarrollo de sus propios gustos e intereses literarios y su autonomía lectora".

Sorprende extraordinariamente encontrar el Plan lector como un contenido del bloque Educación literaria. El Plan lector de un centro concierne a todas las áreas del currículo, y la lectura literaria no es sino una de sus dimensiones. Un Plan lector debe asegurar una intervención planificada y coordinada de todos los departamentos para abordar la enseñanza de la lectura de todo tipo de textos además de contribuir al desarrollo del hábito lector. Que en un texto de estas características se siga identificando "Plan lector" con "lectura literaria" nos parece enormemente reduccionista. Difícilmente avanzaremos así hacia planteamientos más ambiciosos e integradores.

Más allá de ello, destaquemos que este eje insiste en "la lectura libre de obras de la literatura española y universal y de la literatura juvenil". Aplaudimos la presencia del adjetivo libre y el énfasis puesto en la ampliación del corpus tanto hacia la literatura universal como hacia la literatura juvenil. Una vez más la sombra de las futuras reválidas puede invalidar este rotundo enunciado dada la dificultad de evaluar en una prueba de esas características "la lectura libre" del alumnado. Por otra parte, difícilmente se puede impulsar el fomento del hábito lector sin un cuidado especial por las bibliotecas escolares, abandonadas a su suerte desde hace décadas en la Comunidad de Madrid y sumidas en el olvido en la propia LOMCE.



  
b) El segundo eje – Aproximación a la literatura a través de sus textos- es el único que tiene un tratamiento diferenciado en el BOE y en el BOCM (Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid). El enunciado del Real Decreto -reproducido en el BOCM- es el siguiente: "Aproximación a las obras más representativas de la literatura española del siglo XVlll a nuestros días a través de la lectura y explicación de fragmentos significativos y, en su caso, obras completas."

Una vez más, esta aproximación mediada en las aulas -por oposición a la lectura libre del apartado anterior- se limita a la literatura española, y una vez más el criterio organizador es el cronológico. Sin duda alguna, mucho mejor librados salen los estudiantes de 4º ESO, que estudiarán la literatura posterior al siglo XVIII, que los de 2º ESO de la Comunidad de Madrid, quienes a sus trece años habrán de vérselas con la literatura medieval y de los Siglos de Oro, para volver sobre ella más detenidamente en 3º ESO, donde se prescribe la lectura de El Cantar de Mío Cid, El Conde Lucanor, Jorge Manrique, La Celestina, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, El Lazarillo de Tormes, El Quijote, Quevedo y Góngora. Lope de Vega y Calderón de la Barca. Muchos más sensatos, sin duda alguna, los redactores del decreto de mínimos -que dejan una cierta inciativa a los docentes a la hora de diseñar los itinerarios, pese a las constricciones de la opción por la historiografía literaria nacional como eje de la educación literaria-, que los responsables de su desarrollo autonómico en la Comunidad de Madrid, obsesionados por el despliegue enciclopédico de la nómina de autores, por mucho que estos queden a años luz del horizonte lector y biográfico de los chicos y chicas de 14 y 15 años.

        Reflexión lectora. Emma Leonard

Pero vayamos con el desarrollo que del enunciado "literatura española del siglo XVlll a nuestros días", el período asignado a 4º ESO, se hace en el BOCM:
  • El teatro, la prosa y la poesía del siglo XVIII. Lectura comentada de textos teatrales,  ensayísticos y poéticos.       

  • La literatura del siglo XIX: Romanticismo, Realismo y Naturalismo.
    - Identificación de las características generales de la literatura romántica. José de Espronceda. Gustavo Adolfo Bécquer.
    - Identificación de las características generales de la narrativa realista y naturalista. Benito Pérez Galdós. Leopoldo Alas Clarín.

  • Características generales de la literatura del siglo XX.
    - El Modernismo y la Generación del 98. Rubén Darío y otros escritores modernistas. Unamuno y otros escritores del 98.
            - La generación poética del 27.
           - Tendencias y autores más representativos de la literatura de postguerra.



Tres cosas llaman la atención en una primera lectura:
    1. Si bien el epígrafe del BOE prescribe el estudio de la literatura española desde el siglo XVIII a nuestros días, el BOCM establece como fecha límite "la posguerra".
    2. Al detallar tan pormenorizadamente qué textos o qué autores hay que leer, se limita extrordinariamente la libertad del profesorado de escoger un criterio, un eje desde el que proceder a la selección a fin de superar la tradicional fragmentación y el secular enciclopedismo que acaba por convertir la historia literaria en una extensa relación de nombre y títulos. Por otra parte, ¿en virtud de qué criterios se destaca por ejemplo, en la literatura del Fin de Siglo, a Unamuno y Rubén Darío y se silencia a Antonio Machado? No acabamos de entenderlo.
    3. Una vez más, pareciera que la creación literaria fuera exclusivamente, como rezaba la publicidad de aquel viejo cognac, "cosa de hombres". Ni una sola mujer es nombrada en el elenco.

Creemos que se trata de tres objeciones lo suficientemente graves como para reclamar de los docentes alguna respuesta que no sea el silencio y la resignación. Y ojalá alguna vez nos planteemos si en tiempos de globalización y mestizaje tiene sentido convertir la partida de nacimiento de los autores en filtro desde el que seleccionar el canon literario de la escuela. Por nuestra parte, nos hemos pronunciado reiteradamente por una apertura del canon, por una renuncia al enciclopedismo y por el diseño de itinerarios de lectura que partan del horizonte de expectativas de los adolescentes y que no renuncien ni a la lectura en contrapunto de los textos literarios con otro tipo de textos ni a la relectura de la palabra y la reescritura del mundo.


c) El tercero de los apartados - Creación- alude tanto a la redacción de textos de intención literaria como a la elaboración de trabajos a partir de diversas fuentes de información.

Navegando con la escritura. Roberto Weigand

Tras esta presentación tan sucinta de contenidos (en el BOE) llega el habitual despliegue de criterios de evaluación y estándares de aprendizaje. Entre ellos, uno nos interesa especialmente:

Promover la reflexión sobre la conexión entre la literatura y el resto de las artes.
2.1. Desarrolla progresivamente la capacidad de reflexión observando, analizando y explicando la relación existente entre diversas manifestaciones artísticas de todas las épocas (música, pintura, cine...).
2.2. Reconoce y comenta la pervivencia o evolución de personajes-tipo, temas y formas a lo largo de los diversos periodos histórico/literarios hasta la actualidad.
2.3. Compara textos literarios y piezas de los medios de comunicación que respondan a un mismo tópico, observando, analizando y explicando los diferentes puntos de vista según el medio, la época o la cultura y valorando y criticando lo que lee o ve.


Sin duda alguna, un currículo que apostara por renunciar al enciclopedismo y favoreciera el diseño de constelaciones literarias propiciaría con mucha más naturalidad estos aprendizajes. Leyendo detenidamente los estándares que cierran el documento oficial mucho nos tememos que unos instrumentos de evaluación empeñados en medir y cuantificar lo matemáticamente mensurable sigan encerrados en el cómputo silábico, la repetición memorística de obras y autores y, todo lo más, un comentario de texto a menudo reducido a un algoritmo mecánico que acaba amordazando la voz de los estudiantes. Pero ojalá nos equivoquemos.




3 comentarios:

  1. Muy interesante y, a la vez, descorazonador. La distancia entre criterios de valuación/estándares de aprendizaje y contenidos parece difícilmente salvable. Retrocedemos, sin duda, con el añadido de la reválida que parece querer cortar las alas a todo atisbo de innovación´. Gracias por tu sabia reflexión.

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  2. Gracias a ti, Flora. Hemos de frenar este despropósito de las reválidas, sí, y no claudicar en las aulas. Lo que de salvable pudiera haber en los currículos LOMCE -una ley de perversa arquitectura- lo malograrán a buen seguro las reválidas. Por eso no podemos anticiparlas en nuestras clases. Ojalá aplicáramos a nuestra práctica docente los mismos argumentos que esgrimimos contra las evaluaciones externas. Hagamos nuestras las palabras de Jorge Riechmann y "dejemos el pesismismo para tiempos mejores".

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  3. Gracias, Lupe, por ofrecernos una lectura tan clarificadora del currículo. Qué lujo poder hacer mías tus reflexiones. El currículo no tiene ni pies ni cabeza. ¿Cómo se puede estar insistiendo machaconamente a lo largo de todo él que una de las cualidades del texto es la adecuación y luego poner a Góngora y a Fray Luis como autores a los que estudiar de forma obligatoria con 14 años? Está claro que mandan estudiar lo que ni siquiera comprenden.

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