viernes, 15 de diciembre de 2017

Cartas bielorrusas



Sandra nos traslada la experiencia de Irina, nacida en Bielorrusia hace 41 años. Creció en un país con ideas socialistas en una familia católica. Desde los 3 años tuvo muy claro que algún día saldría de su pequeña ciudad industrial cerca de Polonia para viajar y vivir en diferentes lugares.

 

"Estáis locos por el consumo y no respetáis vuestro entorno"

Soy inmigrante, llegué a España hace 9 años, y aunque he sufrido las condiciones indeseables de todo inmigrante sin papeles, tenía suerte, yo no estaba aquí por necesidad; yo lo había elegido porque siempre me resistí a llevar la vida que estaba destinada para mí: seguir viviendo en mi ciudad, tener siempre el mismo trabajo y esperar a que llegara el verano para ver el sol. Me encanta el sol.
 
Crecí como cualquier niña de mi país, sin que me faltara de nada, pero apreciando lo que tenía. En España los jóvenes tenéis de todo y no apreciáis mucho lo que tenéis. En el colegio nos enseñaban a respetar y cuidar nuestro entorno; es importante una sociedad sostenible. En mi pequeña ciudad nunca vi a un niño tirar un papel al suelo, ni a mi madre tirar comida a la basura. Quizás aquí en la escuela os enseñen muchos idiomas y muchas matemáticas, mucho conocimiento… pero vivís locos por el consumo y no respetáis vuestro entorno.

Trabajé duro en una empresa de importación-exportación que podría haber sido mi trabajo definitivo, pero yo quería salir de ese sistema. No tenía nada que perder, siempre podría volver y seguir con mi vida como la dejé. Así que cuando reuní el suficiente dinerito y un visado de turista a Italia, porque para España no lo conseguí, decidí coger mis maletas y descubrir el sur de Europa.

Viajé tres días en autobús a Italia, y una vez en Milán cambié mi destino a España. Cuando llegué a Barcelona me encontré sola sin hablar castellano, ni siquiera inglés… Pero la gente es amable, no tan fría como en Europa oriental, y me ayudaron. Conseguí llegar a Madrid, donde vivían mis familiares y desde el principio supe que tenía que trabajar en lo que fuera, que mi titulación universitaria aquí no serviría para nada, y eso hice. 

 ¡!!!!!!!!Joooo!!!!!!!!!!!!!! ¡Qué Luz hay en España, ya te puede ir todo mal, pero esta luz te da fuerza para salir adelante!
 
Desde que llegué a Madrid comencé a cuidar abuelitas. En mi país los abuelos son cuidados por sus familias. Cuando se hacen mayores y no pueden vivir solos, se incorporan a vivir en las casas de sus hijos. Pero en España, los abuelos no quieren molestar a sus familiares. Son encantadores. Salíamos todas las mañanas a pasear y a juntarnos con sus amigas… Fueron ellas con las que comencé a hablar en castellano. Me acuerdo de una ellas, que mientras paseábamos me enseñaba a conjugar los verbos.

Fueron estas abuelas las que me introdujeron en la cocina española. Me gusta mucho vuestra comida. Sobre todo la cuchara. Ya empiezo a cocinar lentejas y judías con el sabor español. Aquí las comidas son muy sabrosas y con mucha grasa. Os gusta mucho la sal. Echo de menos el sabor agrio de las comidas bielorrusas… Creo que tenéis poca variedad de sopas, allí comemos mucha sopas de verduras, una muy típica es la de remolacha (borsh “clásico”) y panqueques de papas.

Siempre me dijeron que los hombres españoles eran machistas, que miraban a la mujer como algo suyo. Pero la verdad es que si pienso en las personas que más me han ayudado, han sido hombres, y ninguno de ellos ha tenido malas intenciones conmigo. Creo que el concepto de hombre español que tienen en Europa está muy confundido. Y bueno, ya ves, a final he terminado con un español. A uno de mis mejores amigos españoles lo conocí con la intención de intercambiar conocimientos de nuestros idiomas, él me ensañaba castellano y yo le enseñaría ruso y polaco. La verdad es que él me enseñó mucho más de vuestro idioma, siempre vio que a mí me urgía aprender español.

Lo que más me gusta de España es la variedad de este país. Es como muchos pequeños países en uno solo. Viajar por España me sorprende cada día más. ¡Tenéis tanta costa….! Desde grandes playas arenosas hasta pequeñas calas sin tener que hacer muchos Kilómetros. Y vuestro paisaje de montaña es impresionante. Es una maravilla caminar por la montaña con el sol brillando. 
 
En España se sabe disfrutar, tanto de la fiesta como el descanso. Una tradición que me gusta es la siesta. Es necesaria para poder vivir tantas horas que tiene el día. En mi país anochece muy pronto por lo que tampoco es costumbre ver a gente en las terrazas, con sus cervezas o de fiesta hasta altas horas de la noche. Me gusta el tiempo de ocio de España.

¿Regresar a mi país? No creo. Claro que echo de menos a los míos. He vivido momentos muy especiales en que no los he tenido a mi lado o en los que yo no he podido estar con ellos. No pude ir a la boda de mi hermana, ni ella asistió a la mía…pero gracias a Dios las nuevas tecnologías te hacen tenerlos mas cerca. Además… Me enamoré de un hombre español y aquí formé mi nueva familia. Me gusta que mi hija sea española.

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