jueves, 2 de marzo de 2017

Más sobre El lector: una reflexión

Sara sintió la necesidad de escribir algo sobre la novela tras el coloquio. Estas son sus palabras.


El lector es un libro en el que el protagonista tiene una relación sentimental con Hanna, una mujer fría y distante. Michael descubre posteriormente que Hanna ha estado trabajando en campos de concentración de las SS.

Si no se profundiza en la historia que nos cuenta Bernhard Schlink puede parecer que es una simple novela de amor, un tanto retorcida. Pero si dejamos de leer las palabras superficialmente podremos, realmente, fijarnos en los dos puntos clave del libro.

Por un lado, el analfabetismo de Hanna nos ayuda a reflexionar sobre el conflicto entre el orgullo y la vergüenza (Hanna prefería ser condenada a que descubriesen su secreto) y la justicia, el hacer lo que piensas que es lo correcto aunque así "perjudiques" las decisiones de otros (Michael no sabía si decirle al juez que llevaba el juicio que Hanna era analfabeta, porque ello significaría no respetar la decisión de Hanna de mantenerlo en secreto).

Además, otra escena breve y que en realidad podríamos haber pasado por alto es el trayecto que hará Michael hasta el campo de concentración. Él hace autostop y se sube al coche de un hombre que, seguramente, haya estado relacionado con el Holocausto en la Alemania nazi. Este hombre nos relata el punto de vista de toda la generación de alemanes que vivió esa época, que hizo oídos sordos a esa barbaridad, y que se resguardan tras la excusa de seguir órdenes. Este es el punto clave de todo el libro.


Michael tiene un dilema porque no sabe escoger entre la condena o la compasión por una persona con la que tiene una relación sentimental. El autor nos hace ver esta relación entre la generación de los padres, culpables por haber vivido en la Alemania nazi sin haber hecho nada por pararlo (representados por el personaje de Hanna) y la generación de los hijos, indecisos acerca de cómo actuar antes estos delitos contra la Humanidad (representados por Michael).

Personalmente el libro me ha gustado. Mientras lo leía había algunas partes más interesantes que otras. Sin más. Pero después, en el coloquio que hicimos en clase, conseguí profundizar en las historia del libro y me gustó mucho más. Ese ha sido el motivo por el que he decidido hacer esta reflexión.


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