Y
surgió. Fruto de la coordinación sostenida a lo largo del curso
entre las asignaturas de Historia y Literatura, fruto de las
conversaciones también con Marta, profe de Tecnología, empeñada en
poner las herramientas que brinda su área al servicio de algo que
merezca la pena ser difundido, fruto también de la complicidad con
Magdalena, profe de Valores Éticos y tutora de uno de los grupos de
4º de ESO, surgió en este fin de trimestre en una de las clases un proyecto de trabajo
de carácter interdisciplinar.
De
las diversas miradas en contrapunto que habíamos ofrecido entre el
ayer y el hoy, entre la Europa del Realismo y la Revolución
Industrial y el mundo de este siglo XXI, una de las más lacerantes
es la persistencia del trabajo infantil. Teníamos ganas -o más bien
necesidad- de indagar más a fondo.
Durante una semana romperíamos la mirada disciplinar y abordaríamos conjuntamente este proyecto cambiando el aula por la biblioteca. Organizados en equipos de seis personas, cada grupo se responsabilizó de investigar una de estas cuestiones:
- Trabajo infantil en la Revolución industrial: edades a partir de las cuales se trabajaba, tareas específicas de niñas y niños, condiciones de trabajo, legislación laboral. ¿Por qué trabajaban? El Derecho a la educación… ¿se contemplaba en la sociedad del siglo XIX? ¿Para quiénes? Habría que echar mano de fuentes históricas, literarias, artísticas, etc.
- El trabajo infantil en la España de la primera mitad del siglo XX. ¿Hasta que edad fueron al colegio nuestras abuelas y abuelos? ¿A qué edad empezaron a trabajar? ¿En qué lo hacían? ¿Cuáles eran las diferencias entre niñas y niños, entre los ámbitos rurales y urbanos? Pretendíamos echar mano aquí sobre todo de fuentes orales.
- Legislación actual sobre trabajo infantil. ¿Desde cuándo se contempla el trabajo infantil en las leyes? ¿Qué dicen al respecto? ¿Qué instituciones u organizaciones destacan por su defensa de los derechos de la infancia? ¿Se cumplen?
- El trabajo infantil, hoy. Datos de población infantil mundial, datos de población infantil trabajadora. Países donde el trabajo infantil es una realidad. Tipos de trabajos.
El grado de autonomía y corresponsabilidad con
que todos asumieron su tarea fue impresionante. Apenas parecían percatarse
de que una de nosotras salía del aula o la biblioteca y entraba otra
profe: nos buscaban cuando nos necesitaban y compartían con
entusiasmo sus hallazgos. ¿Sus mayores dificultades? La búsqueda de
fuentes fiables en el inmenso océano de internet. Creo que algo de
esto aprendieron también en el proceso. ¿Su mayor fortaleza? La sensatez con que se ponían en la piel de sus compañeras y compañeros a la hora de pensar en la mejor manera de hacerles llegar posteriormente los resultados de su pequeña investigación.
Transcurrido
el plazo cada grupo tenía rematado su mural, e incluso uno de ellos
-aquel que debía entrevistar a la gente mayor- había incluso
grabado y montado un vídeo delicioso. Las dos sesiones en que
expusieron sus conclusiones fueron brillantes.
¿Y ahora qué?, nos preguntábamos. La pelota
estaba en su tejado.
Dos
cosas les habían impactado especialmente:
- Las cifras de trabajo infantil en el siglo XXI -168 millones de niñas y niños, muchos de los cuales empiezan a trabajar a los 5 años- y el absoluto desconocimiento que hay de ello en nuestro entorno.
- El hecho de que muchas de las empresas vinculadas a productos que consumimos habitualmente estén bajo sospecha de utilizar mano de obra infantil.
Al
hilo del coloquio en una sesión posterior se ha ido perfilando la línea que quieren seguir a
continuación: por una parte, investigar algunas de estas marcas para
contar con información rigurosa y, simultáneamente, recabar
información también sobre tiendas de comercio justo. “Hay que dar
alternativas", sostienen. Y una vez concluida esta tarea, quieren llevar a
cabo una doble campaña: una de denuncia -hacia las empresas cuyas
manos estén manchadas- y otra de información y sensibilización
hacia sus propias compañeras y compañeros, hacia la sociedad en general.
¿Hay mejor objetivo a la hora de seleccionar textos orales y escritos con que desarrollar la competencia comunicativa de nuestro alumnado? ¿Hay mejor motivo a la hora de estimular la producción de textos expositivos y argumentativos?
Pero Alicia
-la profe de Historia- y yo nos hemos mirado entre satisfechas y asustadas. Son tantas las cosas que queremos hacer y tan poco el curso
que nos queda...
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