La
educación literaria de adolescentes y jóvenes sigue confiándose, al menos en España, al estudio de la historia nacional de la
literatura. Ello hubiera debido propiciar la construcción paulatina
de un mapa de la cultura (occidental al menos) que diera cabida no solo a las
literaturas alumbradas más allá de las fronteras nacionales, sino a
las diversas manifestaciones artísticas (artes plásticas, música,
etc.) que entretejen vínculos en un mismo período. Sin embargo,
esta posibilidad desaprovechada de universalidad e
interdiscipinariedad se quiebra apenas cruzado el umbral del siglo
XX. Nos encontramos entonces con una rápida sucesión de
"generaciones" – generación del 98, generación del 14,
generación del 27, etc.- y una fugaz alusión a la guerra civil
española como causa de la "separación" de algunos de sus
miembros. Otras veces ni eso. El encaje de las piezas provistas desde las diferentes
áreas en un dibujo conjunto que permita la reconstrucción de una
atmósfera pasa a ser ya una absoluta quimera.
Los
hombres del 98 aparecen así confinados en el imaginario colectivo en
las postrimerías del siglo XIX, ligados a aquel "Desastre"
que acompañó su acceso a la mayoría de edad. Se desdibuja y se
olvida la fuerte presencia de Unamuno en la España de la 2ª
República o la de Antonio Machado en la literatura contemporánea de
la guerra civil así como la estrecha relación -sea de afinidad sea
de animadversión- entre algunos de los intelectuales que convivieron
en la España del primer tercio del siglo XX. No, no es la pérdida de
las colonias de Ultramar el acontecimiento determinante en la
biografía y la trayectoria literaria de aquellos escritores, y no
parece tener ya mucho sentido renunciar a una mirada que opte por las
"ondas largas" en la lectura del pasado frente a una
fragmentación que acaba reduciendo el estudio de la literatura
española de los siglos XX y XXI a un abigarrado compendio de
generaciones y autores.
Imposible
entender a Unamuno o Machado si renunciamos a situarlos en ese arco
temporal -coincidente por otra parte con sus propias biografías- de
lo que se ha dado en denominar "Edad de Plata" de la
cultura española. Abordar el estudio de la
literatura del siglo XX como una rápida sucesión de "promociones"
ligadas a un puñado de años no es probablemente la mejor manera de
hacerlo. Por una parte, porque invita a destacar en cada autor o
autora solo las obras publicadas en determinados años y aquellas que
se ajustan a determinadas categorías establecidas de antemano.
Por otra, porque sugiere tácitamente que los de una generación no
se relacionaban con los de la siguiente más allá de un posible
influjo en los temas o en el estilo, cuando lo cierto es que son
muchas las generaciones que conviven en la vida pública del primer
tercio del siglo XX (o de la Dictadura posterior). No olvidemos además que es en estos años
cuando se acuña el término "intelectual"
como revelador del compromiso abiertamente
político de muchos de los escritores del momento, decididos a
intervenir públicamente cada vez que la situación lo requiera y a
orientar en la medida de lo posible a través de artículos y
conferencias la opinión de las clases medias urbanas. La oposición
de Unamuno a la dictadura de Primo de Rivera le valdrá el destierro
a la isla de Fuerteventura, como las ideas políticas de Machado,
Miguel Hernández, Lorca y tantos otros los conducirán al exilio, a
la cárcel, a la muerte.
Ada Astudillo. 4ºESO D
Roque Jiménez. 4º ESO E
Elena Vicente. 4º ESO D
-
Y ¿qué es un intelectual?
-
Un hombre que tiene una relación moral con la política. O para
quien la política es un problema moral, si lo prefieres.
Max
Aub, Campo
cerrado
No
renunciamos, por tanto, a presentar esta época en su conjunto, si
bien evitaremos cualquier pretensión de exhaustividad. Antonio
Machado, Juan Ramón Jiménez, Lorca y Miguel Hernández serán
objeto de una atención más detenida. Posteriormente, serán los
versos de estos autores y sus coetáneos, junto a los de quienes
llegaron más tarde, los que desarrollen -si es posible- el gusto
poético en alumnos y alumnas. Dejémosles por fin a solas.
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