"La
democracia de mañana se prepara con la democracia en la escuela."
Célestin
Freinet.
A
veces estamos tan ocupados mirando los programas escolares que se nos olvida
mirar la vida. Una vida que nos sale al paso con situaciones reales
en las que poner a prueba nuestra competencia comunicativa, en las
que favorecer el desarrollo de la competencia comunicativa de nuestro
alumnado. Quién no se ha visto alguna vez en un debate con
ganas de intervenir y sin atreverse a hacerlo. Quién no ha sido
testigo (o víctima) de un abuso de poder y no ha acertado a dar con
las palabras o con el tono adecuado para defender un derecho. Quién
no hubiera querido redactar en un momento dado un escrito de queja o una carta de protesta
y se ha rendido de antemano. Quién no se ha desesperado en una asamblea.
La capacidad de tomar la palabra es un aprendizaje esencial en una educación democrática; también el de la lectura crítica. Este debiera ser el objetivo, por ejemplo, del trabajo con los textos argumentativos en las clases de lengua. Lo que ocurre es que en ocasiones pareciera que el fin no es otro que el de preparar para superar un examen, donde lo que cuenta es llevar a cabo perfectas taxonomías de modalidades oracionales, conectores textuales y variedades lingüísticas. Da igual para defender qué. Son aprendizajes que no tienen validez más allá de las cuatro paredes del centro escolar.
La capacidad de tomar la palabra es un aprendizaje esencial en una educación democrática; también el de la lectura crítica. Este debiera ser el objetivo, por ejemplo, del trabajo con los textos argumentativos en las clases de lengua. Lo que ocurre es que en ocasiones pareciera que el fin no es otro que el de preparar para superar un examen, donde lo que cuenta es llevar a cabo perfectas taxonomías de modalidades oracionales, conectores textuales y variedades lingüísticas. Da igual para defender qué. Son aprendizajes que no tienen validez más allá de las cuatro paredes del centro escolar.
El
próximo miércoles 26 hay convocada una jornada de movilización en
contra de la LOMCE y sus reválidas. Los estudiantes de toda España están llamados a la huelga. ¿Sabe nuestro alumnado
desenvolverse de manera autónoma en este tipo de situaciones? ¿O siguen esperando, una vez más, las instrucciones de los adultos? ¿Los educamos en la
protesta como forma de participación ciudadana? No vaya a ser que tras
tanto hablar de emisor, receptor, mensaje y canal... no reparemos en que chicas y
chicos desconocen a sus dieciséis o diecisiete años quién es el
emisor de una convocatoria de esta naturaleza, qué canales se
utilizan, dónde pueden acceder al mensaje de primera mano, o cómo
sopesar tras la retórica propia del género discursivo la validez de
los argumentos expuestos.
¿O es que evitamos este tipo de asuntos por si "huelen a política"? Recluir a nuestro alumnado es una burbuja de cristal, escamotearles textos que les conciernen muy directamente, no crear los cauces para que puedan disponer en el centro escolar de espacios y tiempos para debatir a solas, sin las supervisión -o fiscalización- de los adultos es también una posición política.
¿O es que evitamos este tipo de asuntos por si "huelen a política"? Recluir a nuestro alumnado es una burbuja de cristal, escamotearles textos que les conciernen muy directamente, no crear los cauces para que puedan disponer en el centro escolar de espacios y tiempos para debatir a solas, sin las supervisión -o fiscalización- de los adultos es también una posición política.